Uno no puede estar un poco muerto o muy muerto. O lo estás o no lo estás. Y lo mismo pasa con los entrecots: no existe “hecho” o “muy hecho”.
Ésta es la fabulosa explicación que dio el maître de un lujosísimo restaurante a unos amigos que se quejaron del estado de su plato. Y no se lo cambió (con dos criadillas). Suela de zapato a precio de oro acompañada de didáctica de lujo. Yo voy tomando nota porque tal y como está la Sanidad, los diagnósticos en paliativos terminarán yendo por ahí.
Pienso en ese entrecot mientras mi Tupper de verduras se descongela mecido por el vaivén del centrifugado. Tener lavadora de nuevo es tan orgásmico que podría escribir 50 aclarados de Grey sin desteñir. Digo sin dudar. Habría que proponer la creación de un monumento rollo megalómano norcoreano mediante crowdfunding -para que quede moderno- dedicado a quien inventó dicho electrodoméstico. Y colocarlo en la cara visible de la luna, de modo que todos lo viéramos en mitad de ese blanco nuclear.
Apuesto además que ponerlo allí será más fácil que subir la lavadora al minipiso. Hizo falta comprarla, pagar un plus de transporte estratosférico, alquilar una plataforma elevadora y pedir permiso al Ayuntamiento para ocupar una plaza peatonal con tal de poderla entrar por el balcón. Y poner varias velas a Santa Rita. Aunque de eso se encargó Lady Laca. PITICLI no quería, no cree en esas cosas, pero yo le dije que sí, que toda ayuda era buena. Y pasó. Así que ya lo sabéis, nada de Flores de Bach ni tratamientos médicos costosos, las velas a los Santos son lo más eficaz.
Hecho de menos, eso sí, tener secadora. Pero gracias a ello tengo excusa para volver a la lavandería a pasar frío y sentirme personaje de Isabel Coixet. Por cierto que una paciente me soltó esta mañana que ella era como una secadora: “doy vueltas y vueltas a las cosas hasta que las puedo sacar y las guardo”. Brillante. También me soltó: “yo sólo sé restar, y soy muy buena. En cambio no sé sumar. Porque soy mileurista y madre soltera”. La tipa es una crack. Su hijo tiene un diagnóstico muy grave que requerirá un ingreso largo y doloroso. Afortunadamente de momento no tiene que pagarnos con nada más que con su abnegación y sus geniales frases.
Hay gente que descubre que tiene un don para la palabra. Y hay quien descubre que lo tiene para hacer cortinas. Os lo juro. Esto le pasó a una conocida. No sé muy bien cómo, pero un día, de repente, lo descubrió. Y es tan buena y tan rápida que le llueven las peticiones y actualmente tiene lista de espera. Eso sí, fuera de las cortinas no le pidáis nada (bueno, quizá una fabada).
Más allá de lo anecdótico, este hallazgo le ha supuesto una fuente de ingresos extra con los que no contaba, y eso en los tiempos que corren no está nada mal. Yo, que vi no sólo este ejemplo, sino el de otra conocida que “ha descubierto que lo suyo es la alpargata” y no para de vender esparteñas customizadas, me he puesto a pensar seriamente en lo de la venta de nuestras creaciones con Manoli. Y más tras el éxito obtenido con los looks del 080 (clicad aquí para ver el reportaje ruso y aquí para el alemán).
Pero luego lo hablo con mi abuelo, y antes de poderle contar que conocí a Paris Hilton, me pregunta serenamente cómo podemos estar dejando que se desmantele algo por lo que luchó tanta gente, una Sanidad que ha supuesto no sólo la increíble mejora de la calidad de vida de millones de personas (y no únicamente la de los ricos) sino también un orgullo por la excelencia profesional. Glups.
A él, que tiene una pensión sencilla, le acaban de poner un marcapasos con 91 años. Su recuperación ha sido excelente. De hecho ya es capaz de ir solo en autocar hasta la capital para la revisión. Y de agradecerle a la cirujana la atención recibida a la vez que la piropea (síntoma inequívoco de que está recuperado). En otro contexto no hubiera sobrevivido.
\»Agustín, hay que cuidar la Sanidad y la Educación\», me dice. \»Hay que concienciarse\». Total, que decido que mejor otro día le cuento lo de Paris.
Pero por si eso fuera poco, voy al videoclub y el chico que lo lleva me suelta –quizá porque en algún momento le comenté que trabajaba en psiquiatría-: \»lo mejor para la salud mental no es tomar antidepresivos. Es tomar decisiones\».
Vamos, que estoy rodeado de filósofos. Y de instigadores.
Así que a tomar conciencia, a actuar… ¡y a ser muy felices!
🙂 Grupo de Hong Kong Blues en FACEBOOK.
Después de ver el reportage ruso solo puedo decir una cosa: Lo bueno siempre esta al final :-)) Muchas felicidades. Eres un Crak.
¡Gracias!
Esperemos también que pronto llegue el final de la crisis, jaja.
¡Eres el mejor!
Querido HKB: a mí la lavadora me parece un gran invento, pero no dejes tus visitas a la lavandería pues es una gran fuente de inspiración para ti.
Por supuesto dile a tu abuelo que seguiremos luchando: la sanidad no se vende, se defiende!!!!!!!! 😉
¡Me gusta ese lema!
Ya os iré diciendo qué tal las visitas a la secadora, jaja.
¡Besos!
Chapeau, Monsieur! , as usual. Thank you very much.
¡Ay!¡Qué sol eres! ¡Gracias y besos!
Oh my God, Can’t believe it honey!
^_^
¡Pues es así!
¡QUÉ BIEN ESCRIBE! Lo digo y lo repito: ¡QUÉ BIEN ESCRIBE! Al margen del contenido descacharrante, escribe usted de maravilla. Este post es una delicia literaria. Enhorabuena.
¡Oh! ¡Mil gracias! Creo que exagera, pero a veces a uno le gusta que le digan cosas así.
La ADORO.
¡BESOS!
Visto lo «pisto» Yo me quedo con la fiambrera descongelándose al ritmo del centrifugado y mire usted que soy de chuletón ( cuanto más chulo y menos hecho mejor) Ay querido Bonifacio, le enviaré mis trapos sucios para que los menee un rato su lavadora. Sanidad! qué razón tiene su abuelo. Saludos atentos con fundamente
Yo lavo sus trapos sucios y lo que haga falta. Pero no me pida que le prepare un chuletón, que últimamente ando yo muy vegetariano. Saludos afectuosos con tofu para usted. La adoro 🙂
Estimado Bonifacio yo también le adoro pero no entiendo cómo me hace comenzar el día con un «tofu» algo para mi…por dios Agustín que parece que no me conoce , cuando subo al escenario mis amigos me desean «Mucho tofu!!» creo que con esto entenderá lo alejados que están nuestros planetas gastronómicos. Siempre suya, Bobarín vía Clorata
I promise I will never say tofu again 🙂
Pues como no hablo idiomas…sólo he entendido Tofu…qué? (muuuuua)